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Todo cambió drásticamente luego del 5 de febrero del 2009 y no recuerdo nada.  Es duro creer que esta declaración es real para mí.  Supongo que solo era un tipo común con 35 años y el hijo menor del candidato a Comisionado Residente de Puerto Rico para las elecciones del 2008.  Trabajé en la campaña política y estaba evaluando hacia dónde mi experiencia en la arena política podría llevarme.  Todo lo que recuerdo luego de esto es estar en la cama de un hospital rodeada de una malla, tipo jaula.  Lo único que se puede ver a través de ésta es gente pintada en pequeños puntos.  Estoy escuchando una conversación acerca de mi comportamiento la noche anterior.  Alguien está hablando de como di vueltas en la cama y no paré de moverme durante toda la noche.

Hice una pequeña conexión con la malla dentro de la cual estaba. Aún no sé hasta este momento lo que había pasado.  Todo es un poco diferente pero no estoy seguro de si es bueno o malo.  La duda continúa por unas semanas.  Meses más tarde, mi hermano Carlos me cuenta que semanas después de salir de coma, cuando las visitas eran más frecuentes, él y un amigo estaban al lado de mi cama conversando conmigo. Yo tenía el habla bien lenta pero ni cuenta me daba. Mi amigo empezó a detallar el terrible accidente sin yo saber que el que sufrió el accidente fui yo. Al momento que me doy cuenta que están hablando de mí, empiezan a correr lágrimas por mi rostro. Aunque fue un momento significativo, yo no lo recuerdo. Entonces, de repente, me di cuenta de que estuve en una situación de vida o muerte. Honestamente, es una píldora difícil de tragar.  Te enteras de que estuviste en coma por dos semanas.  En un accidente de auto como ningún otro y que tienes lesiones que tomarán un tiempo considerable para sanar.

 

Resumiendo: he tenido que hacer grandes cambios en mi vida.

Accidente

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